Entramos a la discoteca
ya con pies doloridos de unos 20 minutos de caminata, nos pidieron nuestros nombres
y al verlos escritos en una lista, nos sentimos importantes. Estábamos todas más
que cortadas, nos acercamos a la barra y: camarero cuatro chupitos de tequila. Poco
a poco la discoteca se fue llenando y nuestra tasa de alcohol en la sangre también,
chupito tras chupito, vodka con lima, birra i mas birra. No sabíamos lo que hacíamos gritábamos y bailábamos
sin control, nos caíamos al suelo y nos levantábamos entre risas. Hacíamos amistades
fácilmente y entablábamos conversaciones absurdas con todo objeto/persona. Maldito alcohol de
mierda.
jajajaj me encanta cariño:)
ResponderEliminar