lunes, 28 de mayo de 2012


Entramos a la discoteca ya con pies doloridos de unos 20 minutos de caminata, nos pidieron nuestros nombres y al verlos escritos en una lista, nos sentimos importantes. Estábamos todas más que cortadas, nos acercamos a la barra y: camarero cuatro chupitos de tequila. Poco a poco la discoteca se fue llenando y nuestra tasa de alcohol en la sangre también, chupito tras chupito, vodka con lima, birra i mas birra.  No sabíamos lo que hacíamos gritábamos y bailábamos sin control, nos caíamos al suelo y nos levantábamos entre risas. Hacíamos amistades fácilmente y entablábamos conversaciones absurdas  con todo objeto/persona. Maldito alcohol de mierda.

1 comentario: